Estos gatos están preparándose para la hora del baño, la más relajante de todo el día. ¿Quién no querría tenerlos en su casa?
Gatos preparados para la hora del baño es una entrada publicada en Blog de Humor
Estos gatos están preparándose para la hora del baño, la más relajante de todo el día. ¿Quién no querría tenerlos en su casa?
No te creas como Blake Griffin a la hora de machacar un aro porque al final puedes salir escaldado. El protagonista del siguiente vídeo lo sabe después de lo que le pasó…
Menuda metedura de pata la de Adriana Ugarte en los Goya. La joven actriz se equivocó junto a Carlos Santos a la hora de dar a conocer el nombre del ganador a la Mejor Canción. Se dio cuenta demasiado tarde, cuando el presunto triunfador ya estaba bajando por las escaleras con una sonrisa de oreja a oreja… ¡Menudo chasco!
Que un médico sea tartamudo puede ser un problema bastante gordo para los pacientes y para los familiares de estos. A la hora de comunicar las noticias todo se hace mucho más complicado… No os perdáis el siguiente sketch de “Vaya Semanita”.
¿No os ha pasado nunca que se os ha ido la olla? Es una despedida bastante triste, sobre todo cuando te acuerdas de ella a la hora de hacer la sopa y las lentejas…
Cuando pensábamos que todo estaba inventado a la hora de tirar penaltis, Falcao, el de futbol sala, nos enseña un truco nuevo.
Hay que tener mucho cuidado a la hora de celebrar un gol con la afición. Siempre puedes toparte con un aficionado más cariñoso de lo normal. Y sino que se lo pregunten a Bekir Irtegun, futbolista del Fenerbahçe turco que fue besado varias veces por acercarse más de lo recomendable.
Seguro que la próxima vez lo celebrará con sus compañeros. O no…
De los dos Oasis, Noel fue el que salió mejor parado. Si bien particularmente me parece que ninguna de las producciones no le llegan a los talones de la agrupación que lideró el mundo del britpop durante años, sí me parece que la del mayor es mucho mejor. Ahora Noel comentó que en el 2013 se tomará un tiempo para descansar y no se sabe cuándo volverá a hacer música.
¿Por qué? Bueno, es lógico. Después de la separación de Oasis las cosas fueron muy rápido y los High Flying Birds lo tuvo muy ocupado realizando presentaciones, dando entrevistas, dentro del estudio y todo lo que un músico hace a la hora de grabar un disco. Vamos, que Noel ya tiene 45 años y ya no es el postadolescente que comenzó en Oasis.
Por otra parte, como lo hace habitualmente, habló de Oasis y aseguró, esta vez, que no quiere nunca hacer una producción tan mala como Be Here Now. Esto vino a que no quiere apurarse y hacer como hizo con su anterior banda. Según él los apuraron, ellos hicieron todo rápido y sin pensar demasiado y salió un disco malísimo.
Me voy a tomar el tiempo que merezco. Por qué joder con mi brillantez? Sólo la terminaría jodiendo. Miren lo que hicimos después de (What’s The Story) Morning Glory? con la m*erda de Be Here Now.
La tercera producción de Oasis está considerada como una de las peores de su carrera. Muchas veces fue descripta como una producción de un grupo de amigos con mucha cocaína encima y dentro de un estudio. Ouch.
Basta con empezar a escuchar ‘Young and Cold’, la canción que abre ‘Observator’, para darse cuenta de que, aunque todo sigue más o menos igual, los Raveonettes han pisado un poco el acelerador a la hora de ponerse nostálgicos en su séptimo álbum. El grupo no se ha planteado hasta ahora, y esperamos que nunca lo haga, un cambio de estilo. Siguen fieles a esa mezcla de rock noir, con ecos de los años 50, y un toque electrónico capaz de hacer que el oyente se abstraiga en una sucesión de imágenes evocadoras. El caso es que, en esta ocasión, no hay lugar para la alegría, y los hits como ‘Love in a Trashcan’, ‘Twilight’, ‘Bang’ o ‘Last Dance’ brillan por su ausencia. En ‘Observator’ predominan los medios tiempos -algunos de ellos tan demoledores como el citado ‘Young and Cold’, ‘Observations’ o ‘Curse the Night’- y tenemos que esperar casi al final para toparnos con ‘Downtown’, la fantástica ‘Till the End’ o ‘Sinking with the Sun’, la únicas canciones bailables del disco. ¿Es esto algo malo? En absoluto. La capacidad evocadora del grupo sigue intacta y es imposible no caer rendido ante la tristeza que impregna la práctica totalidad de ‘Observator’.
Aun así, y a pesar de la satisfacción que produce la escucha del disco, ‘Observator’ no consigue nunca llegar a la meta. Digamos que la banda ha potenciado cierto tono nostálgico que ya estaba presente en sus anteriores trabajos pero ninguna canción sorprende por sus resultados. Son 9 temas estupendos, no hay tentación de saltarse ninguno en la escucha, y los 34 minutos que duran pasan en un suspiro. El problema, y quizá no sea de la banda sino mío, es que siempre han sido igual de buenos. Más o menos optimistas; más o menos oscuros; o más o menos lo que sea, The Raveonettes no han fallado en ninguno de sus siete discos, pero siguen sin regalarnos la obra maestra, el LP redondo, que llevamos tantos años esperando porque ellos no paran de dejarnos entrever que lo van a publicar.
Puede que sea cuestión de que el tiempo ponga todo en su sitio y podamos ver, con la perspectiva que dan los años, la discografía de Sune y Sharin como vemos en la actualidad la discografía de los Ramones, Johnny Cash o The Clash: sin la presión de las expectativas ante un nuevo lanzamiento, seleccionando más de 30 temas sin despeinarte para hacer una playlist, usando el select all. Mientras tanto, los fans de la banda, entre los que me incluyo, seguiremos esperando para ver cómo el dúo danés publica un disco del año, un trabajo ante el cual la crítica especializada y el público coincida a nivel mundial. Creo sinceramente que el mundo sería un lugar mucho más bello y habitable si The Raveonettes fuesen la banda de moda y llegasen a las masas de la misma forma en que llegan The Killers o Muse.
Calificación: 7/10
Temas destacados: ‘Observations’ y ese piano, ‘Till the End’, ‘Young and Cold’.
Te gustará si te gusta: escuchar un disco y abstraerte hasta que tu cerebro solo pueda procesar imágenes de adolescentes de los años 50 en USA delinquiendo y siendo perseguidos por la policía hasta morir en una carretera secundaria de algún estado sureño.
Escúchalo en: Spotify.
Basta con empezar a escuchar ‘Young and Cold’, la canción que abre ‘Observator’, para darse cuenta de que, aunque todo sigue más o menos igual, los Raveonettes han pisado un poco el acelerador a la hora de ponerse nostálgicos en su séptimo álbum. El grupo no se ha planteado hasta ahora, y esperamos que nunca lo haga, un cambio de estilo. Siguen fieles a esa mezcla de rock noir, con ecos de los años 50, y un toque electrónico capaz de hacer que el oyente se abstraiga en una sucesión de imágenes evocadoras. El caso es que, en esta ocasión, no hay lugar para la alegría, y los hits como ‘Love in a Trashcan’, ‘Twilight’, ‘Bang’ o ‘Last Dance’ brillan por su ausencia. En ‘Observator’ predominan los medios tiempos -algunos de ellos tan demoledores como el citado ‘Young and Cold’, ‘Observations’ o ‘Curse the Night’- y tenemos que esperar casi al final para toparnos con ‘Downtown’, la fantástica ‘Till the End’ o ‘Sinking with the Sun’, la únicas canciones bailables del disco. ¿Es esto algo malo? En absoluto. La capacidad evocadora del grupo sigue intacta y es imposible no caer rendido ante la tristeza que impregna la práctica totalidad de ‘Observator’.
Aun así, y a pesar de la satisfacción que produce la escucha del disco, ‘Observator’ no consigue nunca llegar a la meta. Digamos que la banda ha potenciado cierto tono nostálgico que ya estaba presente en sus anteriores trabajos pero ninguna canción sorprende por sus resultados. Son 9 temas estupendos, no hay tentación de saltarse ninguno en la escucha, y los 34 minutos que duran pasan en un suspiro. El problema, y quizá no sea de la banda sino mío, es que siempre han sido igual de buenos. Más o menos optimistas; más o menos oscuros; o más o menos lo que sea, The Raveonettes no han fallado en ninguno de sus siete discos, pero siguen sin regalarnos la obra maestra, el LP redondo, que llevamos tantos años esperando porque ellos no paran de dejarnos entrever que lo van a publicar.
Puede que sea cuestión de que el tiempo ponga todo en su sitio y podamos ver, con la perspectiva que dan los años, la discografía de Sune y Sharin como vemos en la actualidad la discografía de los Ramones, Johnny Cash o The Clash: sin la presión de las expectativas ante un nuevo lanzamiento, seleccionando más de 30 temas sin despeinarte para hacer una playlist, usando el select all. Mientras tanto, los fans de la banda, entre los que me incluyo, seguiremos esperando para ver cómo el dúo danés publica un disco del año, un trabajo ante el cual la crítica especializada y el público coincida a nivel mundial. Creo sinceramente que el mundo sería un lugar mucho más bello y habitable si The Raveonettes fuesen la banda de moda y llegasen a las masas de la misma forma en que llegan The Killers o Muse.
Calificación: 7/10
Temas destacados: ‘Observations’ y ese piano, ‘Till the End’, ‘Young and Cold’.
Te gustará si te gusta: escuchar un disco y abstraerte hasta que tu cerebro solo pueda procesar imágenes de adolescentes de los años 50 en USA delinquiendo y siendo perseguidos por la policía hasta morir en una carretera secundaria de algún estado sureño.
Escúchalo en: Spotify.
Basta con empezar a escuchar ‘Young and Cold’, la canción que abre ‘Observator’, para darse cuenta de que, aunque todo sigue más o menos igual, los Raveonettes han pisado un poco el acelerador a la hora de ponerse nostálgicos en su séptimo álbum. El grupo no se ha planteado hasta ahora, y esperamos que nunca lo haga, un cambio de estilo. Siguen fieles a esa mezcla de rock noir, con ecos de los años 50, y un toque electrónico capaz de hacer que el oyente se abstraiga en una sucesión de imágenes evocadoras. El caso es que, en esta ocasión, no hay lugar para la alegría, y los hits como ‘Love in a Trashcan’, ‘Twilight’, ‘Bang’ o ‘Last Dance’ brillan por su ausencia. En ‘Observator’ predominan los medios tiempos -algunos de ellos tan demoledores como el citado ‘Young and Cold’, ‘Observations’ o ‘Curse the Night’- y tenemos que esperar casi al final para toparnos con ‘Downtown’, la fantástica ‘Till the End’ o ‘Sinking with the Sun’, la únicas canciones bailables del disco. ¿Es esto algo malo? En absoluto. La capacidad evocadora del grupo sigue intacta y es imposible no caer rendido ante la tristeza que impregna la práctica totalidad de ‘Observator’.
Aun así, y a pesar de la satisfacción que produce la escucha del disco, ‘Observator’ no consigue nunca llegar a la meta. Digamos que la banda ha potenciado cierto tono nostálgico que ya estaba presente en sus anteriores trabajos pero ninguna canción sorprende por sus resultados. Son 9 temas estupendos, no hay tentación de saltarse ninguno en la escucha, y los 34 minutos que duran pasan en un suspiro. El problema, y quizá no sea de la banda sino mío, es que siempre han sido igual de buenos. Más o menos optimistas; más o menos oscuros; o más o menos lo que sea, The Raveonettes no han fallado en ninguno de sus siete discos, pero siguen sin regalarnos la obra maestra, el LP redondo, que llevamos tantos años esperando porque ellos no paran de dejarnos entrever que lo van a publicar.
Puede que sea cuestión de que el tiempo ponga todo en su sitio y podamos ver, con la perspectiva que dan los años, la discografía de Sune y Sharin como vemos en la actualidad la discografía de los Ramones, Johnny Cash o The Clash: sin la presión de las expectativas ante un nuevo lanzamiento, seleccionando más de 30 temas sin despeinarte para hacer una playlist, usando el select all. Mientras tanto, los fans de la banda, entre los que me incluyo, seguiremos esperando para ver cómo el dúo danés publica un disco del año, un trabajo ante el cual la crítica especializada y el público coincida a nivel mundial. Creo sinceramente que el mundo sería un lugar mucho más bello y habitable si The Raveonettes fuesen la banda de moda y llegasen a las masas de la misma forma en que llegan The Killers o Muse.
Calificación: 7/10
Temas destacados: ‘Observations’ y ese piano, ‘Till the End’, ‘Young and Cold’.
Te gustará si te gusta: escuchar un disco y abstraerte hasta que tu cerebro solo pueda procesar imágenes de adolescentes de los años 50 en USA delinquiendo y siendo perseguidos por la policía hasta morir en una carretera secundaria de algún estado sureño.
Escúchalo en: Spotify.
Las escuelas están sufriendo recortes de presupuesto y si quieren que los niños jueguen al baloncesto en el patio durante la hora del recreo, la mejor opción es utilizar una tapa del WC como canasta.
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